Prada Aoyama Epicenter

Para la firma italiana Prada, diseño y arquitectura siempre han seguido el mismo camino que ha seguido la moda. Y así lo plasmó en verano de 2003, en la inauguración del Prada Aoyama Epicenter en Tokyo.
Los arquitectos suizos Herzog & DeMeuron querían un espacio envolvente que se mezclara y se diluyera con el entorno, y lo consiguieron.
Lo más sorprendente es que nos parecerá diferente cada vez que lo vemos, ya que la forma del edificio está determinada por el ángulo con el que lo miramos: dependiendo de dónde se sitúe el observador, el cuerpo del edificio parecerá bien un vidrio o bien una construcción europea con cubierta a dos aguas.
El carácter ambivalente, siempre variable y oscilante de la identidad del edificio, queda realzado por el efecto escultórico de la malla de romboides de la fachada.
Formada por una combinación de vidrios convexos, cóncavos o planos gracias a los cuales e generan diferentes reflejos que permiten al observador, tanto desde dentro como desde fuera del edificio, ver en todo momento imágenes cambiantes y perspectivas casi cinematográficas de los productos de la firma, de la ciudad y de si mismo.Tanto el mobiliario como la ilumiación se han diseñado expresamente para Prada, utilizando materiales muy artificiales, como la resina, la silicona y la fibra de vidrio, o bien, muy naturales, como el cuero o las mesas de madera.
Estos materiales tan opuestos provocan que tanto los aspectos tradicionales como los radicalmente contemporáneos aparezcan como componentes obvios y equivalentes de la cultura global de nuestros días.


5-2-6 Minami-Aoyama, Minato-ku, Tokyo


L.